martes, septiembre 29, 2009

¿Te has metido alguna vez en un coche que estaba aparcado al sol?

Entonces, habrás comprobado que hacía mucho calor dentro, incluso si el día era frío. Esto ocurre porque el cristal de las ventanas actúa como un filtro: deja entrar los rayos solares al coche, pero evita que salga de nuevo el calor.

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